27 de agosto de 2007

La belleza que NO pensar

Y saben quién es Marosa??? Nahhh, mirá si es la uruguasha de mis amores. La conocí en tiempos en los que con la Pao Mosso hacíamos esos trueques truchos. Jajaja, esos ramos valían callampa, por eso en primer año de universidad ir a clases era como la última opción. Lo pasaba la raja con la Pao, tomábamos helado en el parque, hacíamos arte con papeles de diario y lo mejor eran nuestros paseos en las tardes por las librerías o las bibliotecas. Shuaaa, igual el panorama era como ñoño así, pero lo pasabamos bieeeen. Además comíamos completos en la plaza de armas y nos reíamos de las fiestas que se armaban en el paseo Ahumada. Tambien hacíamos travesuras propias de la edad (jaja, eso suena como texto de señora investigadora social).

Y estábamos en San Diego con la Alameda y derrepente la Pao Mosso dice, shuaaaa, cacha, Marosa di Giorgio, SHAKAL!! Y yo no la cachaba, entonces ella compró el libro misales y fuimos felices. Ahí yo me encanté con la Marosa.

Y en Uruguay compré el libro "Camino de las pedrerías" y lo perdí. (Estoy casi segura que se lo presté a la Pao, pero ella dice que no lo tiene)... snif....

SIEMPRE SALGO
Nos encontramos en el manzano.

Era una noche cerrada, oscura.

Me dijo:¿Paseas?

Contesté: Siempre salgo.

El dijo: Yo también, siempre salgo.

Pero en ese momento, interrumpió la luna. Con todos sus tules.

Y una llaga, como si hubiese sido violada dentro del traje de novia.

-¿Qué tiene la luna?

- No sé.

A la enorme luz, se vio que yo estaba absolutamente desnuda; sólo con las trenzas múltiplies, larguísimas.El traje de él era augusto y deslumbrante.

Como el de un guerrero.

Como el de un clavel.


Y el libro se llamaba Misales, y yo no cachaba que era de misas de verdad. Tengo historias con los libracos así, de alguna forma yo declaro haber sido adicta en un principio a los libros, y también robé millones de libros. Tal como los robaba, ahora los pierdo. Siento que pa mi generación perder las cosas como que da lo mismo, quizás no es mi generación y soy sólo yo, pero como que me da lo mismo perder un libro. Sé que será tan fácil tenerlo de nuevo, por internet o por la mierda que sea. Igual me gusta ese cuento. DEJAR IR LAS COSAS es también un gesto de liberación. Pa k tanta posesión, aer, aer!!


Misal de la Virgen

Usted nunca tuvo hijos.
-No. Aunque, un día, cuando era chica, surgieron de mí, de mi pelvis, tres lagartos. En cartílago grueso y anillado. Tres.
-Eh.
-Sí. Iban por la hierba. Al parecer tenían ojos, pero no pude saberlo. Se hundieron en el piso.
-Oh.
-Pero antes oí un alarido, como si dijesen: ¡Mamá! ¡Ay, madre! ¡Ay!
-Oh.
-No volvieron nunca. En el momento de la parición, salían de mis pechos (del izquierdo y del derecho), una gotita de sangre y una gotita de leche.
-...!
Y ella quedó impasible. Y aunque era completamente blanca, pareció lo que siempre había parecido:Una princesa india, abajo de su anacahuita.


(Marosa Di Giorgio, Misales, Buenos Aires, El cuenco de plata/latinoamericana, 2005)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

omo si dijesen: ¡Mamá! ¡Ay, madre! ¡Ay!.......
algunas mujeres llegan a ser madre, pero nunca Mamita mami.....

°°Janekeo°° dijo...

gran influencia doña paomosso


saludos mujer de colores


t adoro

ailoviu

Huérfano dijo...

Pero hay que dejar ir bien las cosas. Cuando se van mal, siempre vuelven... como la acidez (nunca la he tenido, pero me han contado y no la quiero).
.
.
.
Lo mejor que he hecho hoy ha sido pedorrearme tan hediondamente que me encanta.
Y tampoco tengo necesidad de hacer algo mejor. Ando bien.

Huérfano dijo...

chistosa la cara de marosa

tanya dijo...

When I get to the bottom
I go back to the top of the slide
Where I stop and I turn
and I go for a ride
Till I get to the bottom and I see you agaaaaaaaaaaaaaain YEAH YEAH YEAAAAAAAAAAAAH!