11 de enero de 2007

Visiones





Hoy hablaré un poco desde las experiencias recientes.

Ayer un encuentro con los chicos de NCNU en la radio tierra me trajo recuerdos de cosos internos, cuestionamientos a la más escencia. Por ello traigo aquí una referencia y presentación de una gran organización, que no busca ser masiva, sino llegar a lo más profundo.

El Movimiento Rebelde del Afuera (MRA)

Se reconoce en una historia de mujeres, feministas, pensantes y radicales, que rechazan la complicidad con el orden simbólico/valórico de la masculinidad-feminidad. Para mantener ideas y un proyecto cultural propios, profundizar las críticas, salirnos de la lógica de dominio e ir construyendo y experimentando una civilización distinta, es necesario transitar a un lugar de desprendimiento, AFUERA, de la masculinidad dominante y todas sus instituciones.


Ahora que todos saben de lo que hablo, un fragmento de un artículo de Margarita Pisano:

Los grupos pensantes: ¿dónde están?

Cuando una dice NO, cada NO es un gran y gigantesco SÍ a algo mejor, aunque no lo tengamos claro en ese momento (Camus).

Los intelectuales, los cultos, los artistas, están en la institución, en el “stato quo”, y son reclamones, no rebeldes; son recicladores, transformadores de lo mismo, por muy críticos que parezcan. Ellos construyen el muro del saber, intransitable, a través de las reglas, conocimientos y poder de la ACADEMIA con sus propios espacios de conservación (colegios, universidades, museos, bibliotecas, etc.).

Para las pensantes no hay lugar sagrado ni intocable, total, no somos las gestoras de todo esto. La pensante es más que una investigadora, es una indagadora que se implica con su propia experiencia, y tiene que estar muy atenta al argumento terrible del “yo lo siento así y es así”... lo natural: ¡ojo con el respeto a la cultura vigente y sus sostenedores, y con los planos inclinados que nos hacen resbalar, constantemente, hacia el esencialismo!

Pienso que es necesario ser impertinente con los impertinentes, con las ideas envasadas e inamovibles, con lo que encontramos bueno y bello, desde la Capilla Sixtina con su Miguel Ángel “musculín” y Romeo y Julieta del Shakespeare, pasando por el tango y el bolero, y aterrizando en los libros sagrados, que se constituyen en síntesis de lo que debemos ser.

Detrás de cada sentimiento hay un entramado de ideas y valorizaciones que condicionan lo que sentimos: son los deseos envasados por la macrocultura vigente. Solamente con otras ideas y valores tendremos otros deseos y civilizaciones... y otros amores. Mientras pensemos que la naturaleza, pueblos y personas nos pertenecen, dedicaremos el 70% de nuestra energía productiva a cómo matarnos. Pretender que el dominio es connatural al ser humano, es una falla mental e histórica, nada de inocente.



Atte


Maru

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entiendo lo de amazona ahora

. dijo...

Creo que ese mundo libre está en construcción, lamentablemente, ser mujer se ha construido en base a lo que no es un hombre y sí claro, pueden decir que en realidad la mujer igual está presente en la historia, que algunas mujeres han tenido influencia, pero mira, si ahora tenemos una presidenta, pero no se trata de algo cuantitativo, se trata de la construcción de nuestra subjetividad y cómo esta se genera dentro de condiciones masculinas, para liberarse, primero hay que ver el pie que nos han y nos hemos puesto encima. Pégale una leída a doña Simone de Beauvoir, tiene puntos bien interesantes. Saludos